17 mayo 2010

De las contradicciones y otras similitudes


Hoy destierro los silencios  de esta casa mundana de la verdad.


El latigazo de la realidad  permitió que el sueño durmiera más,  la lágrima hurtada concibió el elixir de la sonrisa, la mujer impaciente jugó a las escondidas con la niña olvidada.



Y resultó que el girar en U no es lo mismo que regresar, que el recordar no es volver a vivir, que el pasado puede ser la meta a alcanzar y la valentía ganada necesita unas dosis de cobardía.



Los suspiros de las quimeras vividas, de las rutinas pérdidas, de los sabores ácidos del chocolate deseado, hizo entender que el canto afónico finalmente ha perecido... que el cuento tiene un final feliz para siempre, si no actúan  las hadas.



 El derrocamiento de la cordura, permitió  contemplar la belleza de la mentira,  la urgencia del hedor de las rosas que embiagran la ausencia de la compañía.



Y la supremacía de la locura celebró la huida de la conciencia en busca de una emoción.

 La eternidad dura lo que dura la sonrísa en el rostro del amargo, un rayo de fe en la tormenta del incrédulo, y el arcoiris bajo aquella lluvia de abril.

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