15 noviembre 2010

De día o de noche

Todo transcurrió durante la precipitación del suspiro por sobrevivir.

Cuando el amanecer se atrasó un poco más en despedir a la noche embriagada en el sueño, clamando por un poco más de oscuridad. La despedida con su brillo azul fue impecable, no fue necesario gotas de sudor para adornar las palabras que fueron dichas. Ni siquiera fue necesario que la brisa helada rosara el cuerpo ya moribundo de placeres.

El cigarrillo añoraba unos labios, y fue el único consciente de la importancia de la brevedad de la vida, aquella noche.

La perspicacia del primer rayo de sol incendió las alas colgadas sobre el alba nublada.

Y lo único que quebró el silencio fue la risa de su alma desde el otro lado de la habitación, quien se había cansado de jugar a las escondidas.

El amanecer sobrevino como un duende sobre la ventana, hizo su fusión natural de fantasías y realidades... y se desvaneció en búsqueda del próximo arcoíris.

Y Morfeo nuevamente fue vencido, por los caprichos de sueños en naufragios inesperados.

25 octubre 2010

Ernesto dormido

Con lúpulo en la sangre se encendieron las hogueras, con esos fuegos que calcinan los pensamientos sobre los destinos de errores naufragantes, de temores futuros y encierros frustrantes.

En el absimo de aquella mesa intoxicada de pecados embriagantes, de aires a privamera nauseabundos, a un olor de un deseo a  repetir.

A la sombra se vió el cuerpo agonizante, que le dio por caminar sólamente por caminar, y le dio por fumar únicamente fumar, de reír por reír y por qué no, de morir por morir, de asomar su mirada ausente en el mar de un  porqué?, de una pregunta sin respuesta, de un tal vez.

Y al final del paraíso de recuerdos ambulantes, se escuchó un eco de aquella verdad olvidada:

Córtate las alas si quieres volar, salta si tienes el valor, dame un beso si tienes la osadía de soñar, muere si quieres vivir; y si te queda tiempo, mira un instante hacia atrás tan solo para sonreír y no te preocupes si duermo solo para cuidar las estrellas fugaces, que su intermitencia a morir es lo que me permite existir”

Y con la bofetada el grito prematuro y ciego de la realidad  dio por muerto al pensamiento,  y sobre su lápida escribio: "un capricho del destino nada más".


PD: Al final te recompenso con mi admiración Ernesto ¿Quién sabrá que lo escribí para vos?



24 mayo 2010


Saben esta vez lo noté, mientras disfrutaba del ruido de la disputa resuelta. Sus palabras está vez parecían verdaderas, como si quisiera que mientras las pronunciaba se fueran convirtiendo en realidad. 

Esta vez su voz no se quebró, ni si quiera bajó la voz, como si no le importara que mi sueño hubiese sido alterado por su grito... esta vez alzó la mirada mientras habló.

Mientras Morfeo me soltaba de golpe, sus palabras se fueron volviendo más claras, más coherentes, e irremediablemente cada vez más sinceras.  Esta vez sus palabras fueron reales, sus gestos fueron reales, su tranquilida fue real, y sus deseos fueron mortales.
Mi mente atrapada en el dolor provocado,  me impiden hoy susurrarle con un grito lo que el silencio se ha adueñado.
Saben esta noche lo noté, cuando a pesar de mi mirada acusadora, su brazo tembló únicamente por la brisa de la madrugada.  Ya había permitido que las arrugas cegarán sus ojos, que sus canas rozaran sus heridas, fue como si finalmente cumplimiera su promesa de ¨esta vez no vuelvo más", pues, apesar de su presencia a mi lado.. nunca regresó.

Y quise no notarlo, quise no percatarme de su odio y resignación y quise no darme cuenta que sus manos sólo descansaban y quise no fijarme que su mirada estaba vacía y quise no saber que era infeliz.
Fue entonces que soñé que aún estaba dormida,  que la esperanza la encontramos en el cajón al lado de las promesas rotas, de los NUNCA y los SIEMPRE, y soñé que su amor lo salvaba, soñé que mi presencia lo encantaba y lo hacía bailar y saltar sobre las nubes de algodón que alguna vez me dibujó.
Soñé  que aún corría a darme la mano al verme caer...  pero desperté.... y saben esta vez comprendí que mis intentos estaban debilitados....y esa verdad desgarró mi traje de princesa, junto con ese parche de seda que te deja sin respiración si se le ocurre dejar de latir.

17 mayo 2010

De las contradicciones y otras similitudes


Hoy destierro los silencios  de esta casa mundana de la verdad.


El latigazo de la realidad  permitió que el sueño durmiera más,  la lágrima hurtada concibió el elixir de la sonrisa, la mujer impaciente jugó a las escondidas con la niña olvidada.



Y resultó que el girar en U no es lo mismo que regresar, que el recordar no es volver a vivir, que el pasado puede ser la meta a alcanzar y la valentía ganada necesita unas dosis de cobardía.



Los suspiros de las quimeras vividas, de las rutinas pérdidas, de los sabores ácidos del chocolate deseado, hizo entender que el canto afónico finalmente ha perecido... que el cuento tiene un final feliz para siempre, si no actúan  las hadas.



 El derrocamiento de la cordura, permitió  contemplar la belleza de la mentira,  la urgencia del hedor de las rosas que embiagran la ausencia de la compañía.



Y la supremacía de la locura celebró la huida de la conciencia en busca de una emoción.

 La eternidad dura lo que dura la sonrísa en el rostro del amargo, un rayo de fe en la tormenta del incrédulo, y el arcoiris bajo aquella lluvia de abril.

28 marzo 2010

Buenas tardes, es una pena que nos toparamos en este momento de la vida
Es mi deber informarle que aún los pies desean permanecer atados a la cama, a pesar de que el pensamiento esté corriendo a miles de kilómeros de esta villa.
Mis dedos se encuentran enterrados debajo de la arena, y cada vez que sube la marea se hunden un poco más.
Disculpe le entrego esta rosa, esta es la última flor de mi jardín, esto no significa que ya no florezcan más, significa que olvidé la manera de sembrarlas.
El tren está a punto de partir, sé que era mi deber subirme, que el último vagón estaba vació, pero la vista desde esta costa es tan hermosa, la brisa que me abraza es tan fresca,  los atardeceres me han hipnotizado, y  algo me hace presumir que este es mi lugar, que acá es donde pertenezco y no en aquel lugar donde usted construyó una ciudad.
Disculpe... aún no sé hacia donde voy marcando mis huellas, pero estoy segura que no deseo señalar las que me trajeron hasta acá, hace ya bastante tiempo, que el girar en circulos nunca fue mi entretenimiento, y la osadía de creernos eternos me impulsa a seguir por la orilla de la costa.
Le agradezco su intención, no obstante es evidente que este momento no era de nuevo el nuestro, que este momento le pertenecía al tiempo que pasó y no estoy segura de querer reencontrarlo.
Disculpe usted pero esta noche prefiero quedarme escuchando la brisa del mar y este silencio me indica que este es mi lugar.

06 febrero 2010

Era


Al  inicio de la era de la oscuridad a la ilusión le quedaba una única alternativa vagar o morir.
Pues fue una oscuridad acompañada de acontecimientos tan amargos que posibilitó la derrota de un existir.
Durante esa temporada la noticia se repetió con un torbellino de gritos devastadores, personas de mi generación viviendo hoy, y por la mañana, sobre sus cadaveres, reposaban sordamente los testigos de sus historias.
Es la elixis de la fragilidad humana, del desperdicio de los latidos del corazón, y de la abundancia, sí de la abundancia de los arrepentimientos.  
Es una era llena de neblina donde el futuro nos cierra un guiño y juega a las escondidas hasta que amanezca, o hasta que los sobrevivientes oscilantes decidan poner un pie sobre el suelo aún frío y  se propongan vencer todos esos fantasmas que los rodean y los amarran de pies a cabeza a una cama destendida con sus cobijas y con hedor a desesperación
Es un escalofriante viaje de la mano de Morfeo, donde nos dibuja una y otra vez el boceto de ese final inevitable para todos y cada uno de nosotros; y en cada parada (durante esta era han sido ya más de una) el quitarnos el sombrero por todas esas almas que nos abandonan y nos hurtan todos nuestros recuerdos se convierte en una formalidad obligatoria.
Y peor aún  en este espacio desolador existe cabida para la ironía y la incomprensión, cuando en uno de sus intervalos,  un sujeto decidió comprar un boleto con su propia mano y pedir un aventón hacia aquel lugar donde nos juran la eternidad.
Es la era de la oscuridad donde las sonrisas se borran, y la soledad se revuelve con el temor, con la ira, con el pesimismo y nos envuelve como una capa sobre las espaldas.
Allá en la lejana colina, el sol vuelve a calentar los rostros, vuelve a secar los ríos de dolor, y vuelve sobre todo a recordarnos que el ayer ya pasó, y al vislumbrar un rayo de luz sobre las ventanas, surge un pensamiento en el horizonte, una leve sospecha de que quien nos embistió fue un eclipse que en definitiva cegará a todo aquel que lo observó directamente... pero sin duda de una manera parcial,  permitiendole observar al menos el brillo de un nuevo amanecer.


21 enero 2010

La anécdota que sucedió aquel día ha vuelto a repetirse unos cuantos días más, las incertidumbres sobre el porvenir del pasado no han esperado el anochecer para vislumbrar su sombra, he aquí la historia de dos seres, de dos individuos, de dos amantes que se fugaron al amanecer, creyendo dirigerse hacia su paraíso y al llegar encontraron un rótulo que decía "no hay espacio".

Es la historia de esas mariposas que se desprendieron de su hogar, decidieron volar en busca de sus destinos creyendo saber cuál era la dirección, pero al encontrarlo de frente, fueron víctimas de un abrupto atropello con la realidad, esa realidad que no es verdad hasta que la pronuncian, y al ser pronunciada provocó que los sueños aun despiertos flotando, fueran disipados por la brisa de una decisión.
Son dos historias que deberion ser contadas por un mismo autor, son dos eternidades de diferentes lados, pero terminó siendo un camino con su final en una intersección.

Las heridas de una guerra contra la realidad doblegarán las alas, las palabras nunca dichas, los sentimientos nunca sentidos, las historias nunca vividas, no obstante el levantarse de las cenizas es lo que permitirá que este no sea el fin de una anecdota más.

PD. Intenté resumir una historia que nunca debió pasar, y para ti querida mariposa, descansa un tiempo que luego buscamos la manera de volar.